En una entrevista lúcida y honesta en el canal de YouTube El Buen Librero, el investigador Ricardo Cuenca nos invita a mirar de frente los problemas estructurales de la educación en el Perú. A través de un análisis riguroso pero cercano, Cuenca –exministro de Educación e investigador principal del Instituto de Estudios Peruanos (IEP)– nos recuerda que el deterioro del sistema educativo no ocurrió de un día para otro, sino como consecuencia de múltiples factores acumulados: decisiones políticas inconsistentes, desatención estatal, brechas históricas y desigualdades que aún no logramos cerrar.

Uno de los méritos más notables de la entrevista es su claridad para explicar cómo la educación ha sido históricamente instrumentalizada en el Perú: muchas veces se piensa en ella como un medio para otros fines –económicos, políticos o incluso ideológicos– sin asumirla como un derecho fundamental y como base de ciudadanía. Cuenca también pone el dedo en la llaga respecto al cortoplacismo que ha marcado las políticas educativas del país: cada gobierno intenta “reinventar” el sistema sin dar continuidad a procesos valiosos previamente iniciados.
Entre los puntos más destacados de la entrevista, vale la pena subrayar:
- La urgente necesidad de repensar la formación y revalorización docente.
- El rol clave de las familias, comunidades y estudiantes como actores activos en el sistema.
- La importancia de desarrollar habilidades que permitan a los estudiantes desenvolverse en un mundo cambiante y altamente digitalizado.
Esta última reflexión abre una ventana de oportunidad que, como país, no deberíamos desaprovechar: el uso estratégico de la inteligencia artificial (IA) en la educación pública.
IA para transformar la educación: una herramienta al servicio de la equidad
En un país donde las brechas educativas son profundas –entre zonas urbanas y rurales, entre estudiantes con y sin acceso a tecnología, entre escuelas con más o menos recursos– la IA puede convertirse en una herramienta democratizadora si se diseña e implementa con visión de justicia educativa.
¿De qué estamos hablando concretamente?
- Sistemas personalizados de aprendizaje: Plataformas basadas en IA pueden adaptarse al ritmo y nivel de cada estudiante, ofreciendo refuerzos o retos adicionales según sus necesidades individuales. Esto permitiría que niñas y niños en zonas con menos docentes capacitados accedan a materiales alineados con sus estilos de aprendizaje.
- Asistentes para docentes: La IA no reemplaza al maestro, pero puede ayudarle a identificar patrones de aprendizaje, prever riesgos de deserción o generar retroalimentación rápida para un grupo grande de estudiantes. Así, libera tiempo para lo que más importa: la relación pedagógica humana.
- Seguimiento y evaluación inteligente: A través de sistemas de análisis de datos, los gestores públicos podrían identificar en tiempo real qué escuelas necesitan más apoyo, qué estrategias están funcionando y cómo redistribuir recursos de manera más eficiente.
Por supuesto, esto no es automático ni neutral. El despliegue de soluciones basadas en IA requiere un Estado comprometido con la educación pública, marcos éticos claros, capacitación docente y acceso equitativo a conectividad e infraestructura digital. Sin ello, la IA corre el riesgo de aumentar las brechas en lugar de reducirlas.
Una mirada de futuro
La entrevista a Ricardo Cuenca es una invitación a mirar el pasado reciente con lucidez crítica, pero también a imaginar el futuro con esperanza activa. No hay soluciones mágicas, pero sí hay caminos posibles si trabajamos con evidencia, compromiso y participación de todos los actores.
Incorporar la inteligencia artificial en la educación pública no es un atajo, sino una oportunidad. Pero para que funcione, debe integrarse a un proyecto más amplio: uno que reconozca la educación como derecho, valore a los maestros como profesionales clave del desarrollo nacional, y coloque al estudiante –con sus contextos, talentos y sueños– en el centro del sistema.
Hoy más que nunca, necesitamos combinar pensamiento crítico con innovación tecnológica. Y esa tarea nos convoca a todos.